Reseña sobre Fausto de Goethe

John Wolfgang von Goethe nació en Frankfurt (Alemania) en 1749 y murió en Weimar en 1832. Fue un hombre superdotado, estudió derecho en Leipzing y, además se relacionó y fue estudioso de Wincklemann, Herder, Schiller, Shakespeare y el movimiento Sturm und Drang que fue preludio del romanticismo en Alemania.


Su gran obra y constituida como obra universal, Goethe, es una obra trágica dialogada al igual que lo hizo Fernando de Rojas en La Celestina. La publicó en dos partes, siendo la primera en 1806 y la segunda en 1832, año de su muerte.
Personajes: Fausto; Mefistófeles (el diablo); Gretchen o Margarita (el amor de Fausto); Martha (vecina de Margarita); Valentin (hermano de Margarita); Wagner (alumno de Fausto).
En palabras de Francisco Ayala: “Como todos los mitos, el fáustico permite descubrir en sus orígenes una leyenda, montada a su vez sobre algún hombre que vende su alma al diablo a cambio de disfrutar de la vida mediante el logro de todos los impulsos de la voluntad, en cuanto se concreta en la figura del doctor Fausto, encuentra su apoyatura histórica en un cierto doctor Johannes Faust, que vivió aproximadamente de 1480 a 1540, y que, según los testimonios de sus contemporáneos, era juzgado charlatán e impostor por los más cultos, aunque tenido por otros en concepto de verdadero mago, provisto de fuerzas sobrenaturales que un pacto con el diablo había puesto en su mano. Con el tiempo, esta última visión del personaje fue consolidándose en leyenda y adquiriendo hechura literaria, a través de historietas populares de amplio curso.”[1]


Otros dramaturgos también hicieron sus versiones de la layenda de Fausto como Shakespeare y Marlowe con su The tragical history of the life and death of Dr.Faustus. Tanto Shakespeare como Goethe se sirviendo de los pastiches literarios que se habían hecho a través de las leyendas para formular sus obras, convirtiendo, de tal modo, al protagonista en un modelo arquetipo.
La primera parte de la obra se sitúa en múltiples lugares, el primero es el cielo. Fausto hace un pacto con Mefistófeles ya que Fausto se esfuerza por adquirir el conocimiento absoluto pero no lo consigue. En el estudio de Fausto, se desespera por esa insuficiencia de conocimiento tanto religioso, humano como científico y se vuelca en la magia para tratar de adquirir esos conocimientos. Se frustra y piensa en la idea del suicidio. Va a dar un paseo con Wager y recogen a un caniche que se convierte en el diablo y hace un pacto con Fausto: le servirá en todo lo que le pida a cambio de que Fausto le sirva a él en la otra vida. Fausto piensa que el diablo no se fía de él ya que le hace firmar un pacto con sangre y no algo verbal como él quería. Mientras tanto, Fausto se enamora de Margarita y la seduce con joyas y con la ayuda de Martha. La madre de Margarita muere por culpa de una pócima que le habían dado ambos amantes para poder disfrutar más de su amor. Margarita queda encinta y su hermano Valentín entra en cólera, lucha con Fausto y éste le hiere de muerte. Margarita ahoga al hijo y es  condenada  por el asesinato. Fausto intenta salvarla de la muerte, acude al diablo pero finalmente mueren juntos.
En la segunda parte de la obra se tratan episodios independientes y llenos de magia. Fausto viaja en el tiempo, en el espacio, se ve la presencia de grifos, ninfas, sirenas y un largo etcétera de personajes mitológicos. Sigue  Helena de Troya a Grecia y procrean a Euphorion, que muere al tratar de volar como Ícaro. Fausto muere al encontrar su lugar tras haber destruido otras vidas. Finalmente, Fausto va el cielo perdiendo la apuesta.


Como podemos apreciar, existe una diferenciación clara en las dos partes de la obra. En la primera parte se habla en el terreno de Fausto, mientras que en la segunda parte hay un cambio, es el macrocosmos. Cambia su manera de ver la vida, se muestra el resultado de los pactos y ha superado el amor de Margarita.
En esta obra se puede ver claramente la representación de los ideales del romanticismo alemán. Lo emocional y lo subjetivo prevalecen ante lo racional y lo objetivo.






[1] Fausto, Goethe, Alianza editorial, prólogo de Francisco Ayala, pp. 14-15.

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