Influencia de Cervantes en Madame Bovary de Flaubert

La influencia de Cervantes en la obra de Flaubert, Madame Bovary la podemos ver, en primer lugar en la protagonista, Emma como antiheroína a la vez que Don Quijote es el protagonista antihéroe. Emma Bovary es una joven que carece de voluntad, sólo se deja llevar por su instinto y los acontecimientos. Está frustrada con la realidad en la que vive ya que no le gusta ni se identifica con ella. Tratará de encontrar en sus aventuras amorosas con Rodolfo y León la realización de sus ideales nacidos de todas las novelas románticas que lee. Pero esos ideales que tiene Emma en su cabeza no se corresponden con la realidad, ella intentará ser una de esas mujeres protagonistas de las novelas románticas que lee y eso hará que ella cometa adulterio, gastarse un dinero que no tiene en caprichos para verse más bella y eso la llevará a la ruina y después, al suicidio.




El núcleo central en el que gira la obra será la evolución psicológica de la protagonista. El autor quiso hacer una novela de ideas, no de acciones, pero al final veremos una obra llena de acción como si fuera de aventuras.
El propio Flaubert reconoció que una de las obras que más le influyó fue la del Quijote de Cervantes. Fue una de sus lecturas fundamentales y la irá leyendo mientras va escribiendo Madame Bovary.
Tanto Don Quijote como Emma Bovary se identifican constantemente con los héroes de las novelas que han leído. Los dos imaginan un mundo de sueños que creen que es la realidad. Si lo miramos desde un punto de vista médico se puede ver una condición paranoica en los dos.
Cervantes dos siglos y medio antes había emprendido en su obra un género literario que había empezado a quedar desfasado. En el caso de Cervantes había sido la novela de caballerías y el caso de Flaubert, la novela sentimental y romántica.
Vargas Llosa en su estudio sobre la obra llamado La orgía perpetua habla de Emma Bovary como “un Quijote con faldas”. Las lecturas que han hecho Don Quijote y Emma de los libros los han perturbado hasta el punto de hacerles vivir en el ámbito de la locura a Don Quijote y en el ámbito de la ensoñación a Emma Bovary.
Ambos personajes rechazan la realidad en la que viven. Don Quijote se aburre y quiere salir de su casa a buscar aventuras como si fuera un verdadero caballero andante. Emma busca en sus amantes vivir uno de esos amores apasionados que lee en sus novelas de amor.
También, los dos idealizan el sentimiento amoroso y también idealizan al ser amado incluso casi de forma enfermiza. Don Quijote reconoce el sentimiento del amor por lo que ha leído en las novelas de caballerías y dice estar enamorado de la bella Dulcinea que en realidad se llama Aldonza Lorenzo y no es tan bella como él la describe. Emma se enamora de León y de Rodolfo y quiere experimentar todos los sentimientos que ha leído en sus novelas románticas con ellos. Ej: Cuando van al baile y ella se queda maravillada de ese mundo pomposo al oír la música de la orquesta y ver las parejas bailando. O cuando ella baila con el vizconde y parece que le invade un éxtasis y se va a desvanecer.



La lectura que hacen ambos personajes hace que se crean lo que no son. Don Quijote un caballero medieval fuerte y valiente y Emma una bella heroína que está por encima de los provincianos que la rodean. Los dos han llevado a cabo esas lecturas sin el mayor espíritu crítico, lo han leído y lo han creído a pies juntillas
Además de esto, ambos personajes no aparecen con su verdadero nombre. Emma Bovary ha perdido su apellido al casarse con Carlos Bovary ( ella se llamaba Emma Rouault) y Don Quijote se llama en realidad Alonso Quijano pero no lo dice hasta el final. Parece que en su evolución hubieran perdido la identidad de su nombre, aquella que la literatura se ha encaprichado que tomen.
Con respecto al tema de la renovación del género, Flaubert pone fin a la novela romántica e inicia la novela moderna realista. Cervantes y Flaubert utilizan la fuerza crítica y cómica de la que es capaz la novela. Existe una duplicidad de hechos, escenario y escenas, y de los propios personajes, que tienen la capacidad de dos caras o dos modos de ser diferentes. Por ejemplo, Emma es una campesina que se cree una dama de la nobleza y que actúa como una heroína romántica. En los escenarios se ve el binomio Yonville/ Rouen; campo/ciudad; reflejan las dos vidas de Emma. Otro binomio: mundo provinciano / París soñado por Emma; mundo real/ mundo ficticio.
Por otro lado, en El Quijote trata el género de novela de caballerías, un género del que el público ya está bastante harto. En Madame Bovary trata el género de la novela sentimental y romántica. Ambos autores irán destruyendo los principales resortes de ambos tipos de manifestaciones con el humor que sale de la parodia.
Utiliza un estilo indirecto libre como en El Quijote, probablemente Flaubert lo utilizaría como una práctica pero no sospechó la importancia de esta técnica en la historia de la novela. Consiste en acercar, tanto al narrador omnisciente al personaje que las fronteras entre ambos se evaporar, el lector no sabe si lo que dice el narrador proviene del relator invisible o del propio personaje que está monologando mentalmente. Es un estilo empleado para narrar la intimidad (recuerdos, sentimientos, sensaciones…)
Con respecto al final de los protagonistas el suicidio de Emma Bovary y la muerte natural de Don Quijote. Vemos que aunque parecen finales muy distintos, comparte un fondo común. Tanto Don Quijote como Emma van a ser incapaces de seguir viviendo una vez que comprendan que la realización de sus ideales es imposible. Don Quijote muere aceptando la locura de su intento pero Emma pensará hasta el final que los que se equivocan son todos los demás y no ella; se suicidará porque no soporta vivir en un mundo que no se parece a cómo debería ser. Esos ideales imposibles y deseos frustrados condenan a los dos protagonistas a la soledad, a la incomprensión y a vivir una vida idealizada que se contrapone con la realidad cotidiana.

Por otra parte, y para finalizar, si Emma hubiera optado por seguir viviendo posiblemente se hubiera visto obligada a prostituirse para poder hacer frente a las deudas. El suicidio la convierte en un personaje que aspira al romanticismo hasta las últimas consecuencias y en ese aspecto se aleja de Don Quijote que sí que fue capaz de comprender su error. 

Comentarios

  1. Un análisis sucinto y certero de ambas novelas. Me ha gustado mucho. La influencia de Cervantes sobre Flaubert es apabullante y con tintes obsesivos, no sólo en Madame Bovary, sino muy claramente también en "Bouvard y Pécuchet" y quizá, a la vez, en "La educación sentimental", todas entre mis novelas favoritas, como las de Dostoievski, quien también deja ver el profundo poso de sus lecturas cervantinas en "El idiota", por ejemplo. Enhorabuena a Ness.

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