Orígenes de la literatura francesa medieval

Se puede situar los orígenes en el año 842 con los Juramentos de Estrasburgo pero la literatura de la Edad Media comprende los siglos XI al XV. En los dos primeros siglos se dan los cantares de gesta y la novela en verso y en prosa para finalizar en los últimos siglos con la poesía lírica y el teatro.
Para entender la literatura medieval francesa tenemos que tener en cuenta las circunstancias históricas de la época. En el siglo XII nace la burguesía, una nueva clase social que es más libre y conseguirá mucha influencia. Desaparece la dinastía carolingia y se rompe el sistema feudal. El nuevo rey, Hugo Capeto creará la dinastía de los Capetos que durará largos años. El poder y el dinero no residían en los reyes en un principio sino que residía en la iglesia ya que eran ellos los sabios e intelectuales que cultivaban la cultura latina y la ciencia.


Con la llegada del rey Luis XI llegará la época de las letras ya que él favorecía la enseñanza y el arte que se expandirá por toda Europa.


Con respecto a los cantares de gesta, el tema versa sobre el linaje y la patria. En la novela, el protagonista caballero lucha por los valores de la vida y combate enfrentándose al mal que acecha y ama a su amada que es por quien lucha.
Con respecto a la familia, la nobleza vivía con toda la familia y con la “maisnie” (mesnada) que son los sirvientes que viven bajo el techo del señor de la casa y siguen sus órdenes. Pero si pensamos en la familia y en cómo se ve reflejada en la literatura Mª Aurora Aragón Fernández destaca que:
Las relaciones conyugales son a menudo pésimas en la novela: maridos crueles, celosos y viejos que maltratan a jóvenes y desdichadas esposas. Se justifican así los amores extra-maritales, tanto en la novela como en la lírica cortés. […] En la sociedad feudal y militar la mujer es despreciada y considerada un ser inferior: apenas es mencionada en los cantares de gesta o es una figura secundaria, como Alda, la prometida de Roldán. En gran medida, por el menosprecio de la religión que la considera culpable del pecado original y fuente de la tentación diabólica. […] En la sociedad real, algunas mujeres han gozado de cierto poder político y de prestigio intelectual, y han desempeñado un importante papel, como mecenas, impulsando la difusión de las doctrinas del amor cortés y de las obras que la divulgan, caso de Eleonor de Aquitania y de su hija María de Champagne, o como creadoras, tal que María de Francia o Cristina de Pisa. [1]

En el tema de la justicia se alude mucho a la justicia divina y es frecuente entre los caballeros que se van a debatir en un combate a duelo. En las clases más bajas la justicia divina venía dada por pruebas físicas  como introducirse en el agua hirviendo, pisar brasas, etc. Y el que sobreviviera a esas pruebas se le declaraba inocente.


Con respecto a la lengua utilizada en la literatura era una lengua literaria que provenía del dialecto limosino, una variante del francés que estaba llena de cultismos. La belleza femenina descrita en las obras era tradicional: dama de tex blanca, rubia y delgada.
Esta literatura recibe influencias orientales como la bizantina por su riqueza y su lujo en telas, sedas y oro. Tuvieron mucha importancia los intercambios comerciales e la influencia de la ciencia árabe que era muy superior. Los árabes tenían la mayor parte de todo el saber de Grecia y eso era de gran importancia. Dieron a conocer el molino de viento o de agua, lujos en la vestimenta, la economía de las monedas, la orfebrería, la arquitectura y la ciencia. Aunque despreciaban el mundo oriental se servían de él para todo.
Las descripciones dentro de su literatura se veían influenciadas por Virgilio y Teócrito y sus locus amoenus con la descripción de los tópicos de la naturaleza, el paisaje ideal: el bosque lleno de árboles y hermosas fuentes.
Lo último que cabe destacar es que el soporte de su escritura era a través del pergamino, anteriormente los juglares iban recitando y reducían o ampliaban el texto según iban recordándolo. Por lo tanto, hay numerosas variantes entre un manuscrito y otro.




[1] Mª Aurora Aragón Fernández, “Introducción a la literatura francesa medieval” , págs. 6-7 en www.liceus.com

Comentarios

Entradas populares