Configuración del drama ático

Las representaciones teatrales en el drama ático comenzaban por la mañana, de modo que se aprovechaba el día de forma completa ya que tampoco se descansaba. Cualquier ateniense podía asistir al teatro, la entrada vía 2 óbolos y ese dinero se recaudaba y se lo daban a los pobres. Este fondo fue creado por Pericles y se quería que todo el mundo asistiera al teatro, más adelante esto se suprimió. En un teatro de la época cabían unos 17.000 espectadores y tenía una acústica muy buena. En la primera fila se encontraban los asientos de piedra y era donde se sentaban autoridades civiles y religiosas, el resto de los asientos eran en la tierra. Entre el público se encontraba el rabdulos por si se provocaban conflictos, al igual que hoy en día el acomodador del cine. En el teatro había pasillos por donde entraba el coro y el público y se podían llevar la comida y la bebida. Se purificaba el lugar con la sangre de un cochinillo. El sacerdote se sentaba frente al altar de su Dios, en medio, en la primera fila. Había un heraldo que tocaba la trompeta al comienzo de la obra. El comienzo de la obra se daba con el “Deux ex maquina”, es decir, sacaban al Dios a escena y hacían como que venía volando. Los protagonistas eran los actores y el coro.



Los actores eran 3 y a veces se requería de un personaje mudo. El inconveniente era que a veces un mismo actor tenía que hacer varios personajes y aunque utilizaban máscaras y ropas, el público se daba cuenta y eso perdía credibilidad en la obra. El número de coreutas eran 12 con Esquilo y 15 con Sófocles. Con el tiempo el coro fue perdiendo importancia y  el elemento hablado prevalece más que el cantado. Las tragedias se llaman como el coro: Las Euménides, las Bacantes… Los actores trabajaban con tres elementos: palabra, gesto y movimiento. En la palabra había 3 modalidades: recitación (todo el verso), canto (monólogos desde el palco), recitativo (entre la recitación y el canto, era algo más marcado).



Eran muy sensibles a que la voz fuese clara y con pronunciación correcta ya que el público lo apreciaba más. Los teatros estaban construidos con mucha acústica por lo que la voz se podía oír claramente. El actor debía tener 3 cualidades en su voz: megalofonía (voz potente), eufonía (voz bonita y agradable) y lampoths  (claridad). Además de esto, debían saber adaptar su voz al personaje y hacer correctamente las exclamaciones, las interrogaciones, los gestos, etc. Lo que hacían era repetir el mismo texto en tonos diferentes para practicar.
Con respecto al tema de los gestos eran demasiados exagerados y esto se criticaba ya que la gente opinaba que parecían como estatuas ya que no se movían. También se criticaba que había algunos actores bajitos que llevaban coturnos (zapatones) para parecer más altos, o que llevasen máscaras cuando no se podía apreciar los gestos así y eso contradecía lo que se pretendía en el teatro. La párados era la entrada del coro y podía ser de dos maneras: en silencio o recitando. La manera de entrar el coro era muy diferente, por ejemplo los versos de marcha los recita un coreuta solo como ocurre en el Áyax de Sófocles; entra en silencio y cuando llegan canta como en Antígona de Sófocles; o entran en tropel rápidamente. Existían instrumentos para acompañar al coro y al recitativo como la flauta, la lira se utilizaba para acompañar a las monodias en algunas ocasiones.




La danza era muy rudimentaria y los gestos iban ligados al ritual que se representaban. Eran movimientos simples y el coro tenía que ir acorde a la representación.


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