Lais de María de Francia
María de Francia fue una gran mujer que nos legó los lais
que contaba en su época, una mujer que no debe ser olvidada por la historia y
que hay que reivindicar siempre, ya que ha dejado un legado importante. Los
lais son poemas narrativos cortos en anglo-normando para glorificar el amor
cortesano de un héroe determinado.
Con respecto a María de Francia, no se sabe
mucho acerca de su vida, se cree que nació en Francia y vivió en Inglaterra y
que se dedicó a escribir los lais a finales del siglo XII. Hay críticos que
acercan la figura de María de Francia a la de María de Champagne, que era hija
de Leonor de Aquitania que parecería ser la autora ya que tenía mucha relación
con la corte de la Champagne. Todos los lais que cuenta están escritos en
versos octosílabos. Con respecto al tema de los lais hay algunos con efectos
positivos y otros con efectos negativos del amor en el ser humano y su
conducta. Los críticos han clasificados en dos grandes grupos: los lais impares
que alaban a los personajes que expresan el amor por los demás y los lais pares
en donde el amor se limita a uno mismo y lleva siempre a la desgracia. En el
prólogo de la obra se dice que tomó como fuente a los clásicos griegos y
latinos. La obra consta de doce lais:
-Guigemar: es el único lai en el que María se nombra a sí
misma y se sitúa como narradora de la historia que va a contar. Este lai trata
el tema del cinturón de castidad y el nudo de amor como prueba entre los dos
amantes.
-Equitan: los dos amantes se entregan sin hacer caso de
las consecuencias negativas que les va a traer su amor ya que el protagonista
se enamora de la esposa de su senescal.
-El fresno: tema del rapto de piratas que aparece en las
primeras novelas griegas.
-Biscravlet: tema del hombre lobo que también se puede
ver en La muerte de Arturo de Thomas
Malory.
-Lanval: es uno de los lais de la tradición artúrica y
cuenta con episodios de la Biblia como la reina Putifar y el patriarca José.
-Los dos amantes: cuenta la historia de dos amantes en la
zona de Normandía.
-El ruiseñor: historia de amor entre un caballero y una
mujer casada.
-Milón: historia de amor entre Milón y su dama.
-Las cuatro penas o el pobrecillo: cuenta la historia de
cuatro hombres que aman a la misma mujer.
-La madreselva: tema que hace referencia a Tristán e
Isolda, el rey Arturo y los caballeros de la mesa redonda.
-Eliduc: el caballero Eliduc abandona a su esposa para
ser caballero y allí se enamorará de la princesa Guilladón.
En palabras de José Manuel Lucía Megías:
Seguramente debido al influjo de María de Francia, la
incorporación de una ficción externa, concretada en unos marcos narrativos inicial
y final, se convirtiera en una marca del género de los lais ( o del subgénero
de los lais de Bretaña), en la literatura francesa medieval tal y como ha
apuntado Carlos Alvar. Pero de lo que no cabe duda es que ninguno de los
autores que se acercaron al género de los lais supo sacarle el partido
narrativo a la ficción externa, gracias a la cual la voz del autor se hace
presente en su obra, como lo hiciera María de Francia; una voz que sigue
sorprendiendo a lo largo de los siglos; una voz que se ha convertido en una
verdadera aventure de la literatura. [1]
Con respecto al amor, al fin `amor es el único tema que aparece
en cada uno de los lais y que fue divulgado por toda Francia gracias a los
trovadores que iban de lugar a lugar cantando estos lais. No se sabe muy bien
qué moral propone la autora pero lo que sí sabemos es que en todos los
desenlaces de los lais hay un final determinado, o un final feliz o un final
desgraciado. Esto podemos clasificarlo en dos grupos: los lais que tratan el
tema del amor entre dos personas: Fresne,
Lanval, Les deux Amants, Milon y Chaitivel
y los lais en los que se da el amor entre tres personas, es decir, un
triángulo amoroso: Guigemar, Bisclavret,
Yonec, Laostic, Le Chevrefeuille y
Eliduc. Con esto podemos darnos cuenta de que el amor cortés que se daba en
esta época también podía tener sus peligros y que los amantes quedaran mal
parados de la situación o incluso que acabaran con la muerte.
Para terminar, Felicia de Casas opina que:
Es cierto que en los lais
encontramos amores adúlteros y amores libres que no merecen, aparentemente,
ninguna censura por parte de la autora. Pero si atendemos al desenlace, como se
proponía al comienzo de estas páginas, la conclusión parece distinta a la que
se había mantenido hasta ahora. […] Lo que propone es un ideal de perfección,
como lo proponía el fin’amor, pero no
a través del sentimiento amoroso, sino de la renuncia. Una enseñanza dura y
difícil que la mayoría de sus personajes jóvenes, bellos y educados, no
lograron seguir. [2]
[1] José
Manuel Lucía Megías, “María de Francia en los lais: modos y funciones de la presencia del autor”, Revista de poética medieval, 3, 1999,
pág. 130.
[2] Felicida
de Casas, “El didactismo amoroso en los lais
de Marie de France”, Revista de Filología Francesa, 3, Editorial
Complutense, Madrid, 1993, pág. 103.
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