Juan Valera y la mujer en la novela del siglo XIX
Juan
Valera fue embajador, había que ser una persona un tanto culta para serlo, la
diplomacia era un medio de vida. Siempre estaba preocupado por el dinero,
correspondió al arquetipo de belleza masculina y eso le favoreció para tener
numerosas amantes y se juntó mucho con el Duque de Rivas que era un gran
mujeriego.
Hablaba muchos idiomas de forma correcta, tenía una amplia formación
libresca, fue un periodista erudito y estuvo temporadas fuera de España. Fue
uno de los críticos que mejor supo interpretar El Quijote. La novela era un género que se consideraba no muy
intelectual, él llegará casi con 50 años a la novela, muy tarde. Casi todas sus
novelas tienen nombre de mujer: Rafaela
la generosa; Pepita Jiménez; Juanita la Larga. Estas mujeres no necesitan al
hombre para vivir, son independientes. Se ven curiosidades como el hecho de que
las mujeres se lavaban con el camisón puesto y los hombres no.
En
Pepita Jiménez se ve a una mujer
joven a la que casan con un viejo, se queda viuda con mucho dinero y es una
mujer apetecible. Surge una rivalidad entre la familia Vargas, entre el padre y
el hijo ya que ambos están enamorados de ella. Ella ama al hijo que es
seminarista, se muestra la lucha del joven por ser cura o casarse con ella. La
novela trata de divertir y entretener, trata de dar a entender que te podías
casar y seguir sirviendo a dios, se podía hacer las dos cosas a la vez, no para
servir a dios se tenía que ser cura. Esta novela fue prohibida en los
seminarios.
Juanita la Larga: Juanita
es una mujer bella que va enamorando por donde pasa, Don Paco se enamora de
ella pero él es bastante mayor. Se mostrarán las dificultades ya que habrá
muchas presiones sociales para que pueda triunfar ese amor.
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