Breve contextualización de Sir Gawain y el Caballero verde

Sir Gawain y el caballero verde es un romance de finales del siglo XIV y escrito en un manuscrito en el que se incluyen tres obras más de tipo religioso, del cristianismo. Está escrito en un dialecto común conocido como los “Midlans” del inglés medieval situado al noroeste de Inglaterra. Las tres obras incluidas son: Perla, Paciencia y Limpieza. Dentro de la obra se haya una serie de temas importantes como la decapitación, la mitología celta y algo contemporáneo de su época que es la peste negra.


La primera edición moderna fue organizada por JRR Tolkien junto con EV Gordon en 1925. La crítica cree que los cuatro poemas son del mismo autor: el poeta Pearl o el poeta Gawain; poeta desconocido del que Tolkien decía que tenía un conocimiento aficionado, aunque sabía latín y francés. Gracias a las muestras del lenguaje, la métrica y la escenificación sabemos que vivió en los Midlands de Inglaterra. Se cree que el poeta pudo ser contemporáneo de Chaucer. En este siglo vuelve a aparecer el uso de la aliteración que se puede apreciar a lo largo de los 2500 versos de la obra. En palabras de Luis Alberto de Cuenca:
Los dos temas básicos de la obra se encuentran por separado en fuentes francesas o célticas, pero los encontramos combinados por vez primera en el poema inglés (pudo haber una fuente francesa, hoy perdida, que combinara ya el juego degollatorio con la tentación de la dama). El asunto está admirablemente bien montado. Un elemento sobrenatural, procedente de las versiones artúricas francesas y también del sustrato céltico, tan sumamente activo en Inglaterra, y un elemento naturalista, derivado de la atenta observación de la realidad y de una imagen miniaturista de la vida, se funde en Sir Gawain íntimamente, convirtiendo el poema en un magnífico ejemplo de realismo fantástico avant la letre. […]El invierno es, sin duda, la estación favorita del poeta, y no sólo porque la acción tenga lugar en esa época del año. Lo mismo ocurre con las escenas de caza. El autor ha vivido lo que cuenta. No utiliza cuaderno de notas. Todo tiene el calor y la vida de la experiencia y la complicidad. […] ¿Y Gawain, su protagonista? Aparece en la saga artúrica por vez primera en la Historia regum Britannieade, de Geoffrey de Monmouth, donde es llamado Walwanius, y en la historia de Guillerno de Malmesbury (ca. 1120), donde hay una referencia al descubrimiento de su tumba en Walwyn’s Castle, en Pebrokeshire. Se parece al Gawalchmai de la leyenda céltica y al Cuchulainn de la épica irlandesa. Como este último, posee características solares, tal como el incremento de sus fuerzas a medida que el sol va acercándose al mediodía, y su declive a partir de entonces. Geoffrey lo hace sobrino del rey Arturo. Héroe folklórico por excelencia, es figura central de historias célticas muy antiguas, y poco a poco se convierte en un personaje artificial y literario. En Sir Gawain and the Green Knight, el sobrino de Arturo es ya un caballero cortés, paradigma de perfecciones. Es también el servidor de Nuestra Señora, cuyo emblema lleva en su escudo, en el pentáculo que simboliza los Cinco Gozos de María y las Cinco Llagas de Cristo. [1]
Comienza la historia contando la fundación de Roma tras la caída de Troya, tema de la Eneida y cuenta cómo Féliso Bruto creó Britania. Tras esto, nos dice que va a contar la historia del rey Arturo y considera que lo que está escribiendo es un “lai”. Los lais eran cantos compuestos por los bretones donde se recogían leyendas y tradiciones orales de toda Bretaña. Llegados al siglo XII empezaron a difundirse acompañados de instrumentos tales como la lira por boca de los trovadores que iban cantando por los castillos. La historia se centra en el lugar de Camelot y en la época del año de navidad. Hace una detallada descripción de la corte del rey Arturo y sus torneos, los caballeros, los bailes y la comida. Además de esto, se ve muy detallado el amor cortés donde se expresa el amor de forma noble y caballeresca donde el caballero se muestra como suplicante y vasallo ante la dama, solía darse en personaje de la alta nobleza. Es una concepción platónica y mística del amor.


El romance se cierra al igual que como ha empezado, terminando el asedio y el asalto de Troya. La trama de la obra cuenta cómo el día de año nuevo en navidad estaban reunidos celebrando un banquete los caballeros de la mesa redonda en Camelot cuando aparece un extraño personaje todo vestido de verde y de gran tamaño que no pasó desapercibido por ninguno de los invitados. Éste propuso el reto del caballero que se atreviese a empuñar un hacha y asestarle un golpe en la cabeza. Primero fue el rey Arturo quien se dispuso a hacerlo pero se le adelantó sir Gawain quien le asestó el golpe y la cabeza del caballero verde salió rodando ensangrentada. Al punto, el misterioso caballero sin cabeza dio unos pasos y ante la expectación del público cogió su cabeza y se la colocó. Acordó entonces con sir Gawain que tenía que cumplir el pacto e ir a buscarle al año siguiente a la Capilla Verde ya que tenía que recibir él el golpe. Pasó el tiempo y sir Gawain con mucha pena tuvo que marchar a buscar al caballero verde. Llegado el día de nochebuena se encontró con un castillo construido en medio de una planicie y rodeado de árboles y se adentró para descansar siendo bienvenido por el señor que lo habitaba y prometiéndole que el día de año nuevo le indicaría donde está la Capilla Verde pues él sabía dónde se encontraba. Durante su estancia en el castillo fue seducido por la esposa del dueño que le rogaba su amor incluso adentrándose en sus aposentos mientras que él se mantenía firme y la rechazaba en todo momento con cortesía. El día que tenía que partir hacia la Capilla Verde la dama le dio un cinturón de seda verde para que le protegiera y esto fue lo único que aceptó sir Gawain. En la Capilla Verde se encontró con el misterioso caballero verde que se dispuso a cortarle la cabeza tal y como era el pacto. El caballero verde bajó su arma con fuerza hacia el cuello de sir Gawain pero no llegó a darle causando así el nerviosismo de sir Gawain. Repitió el golpe unas cuantas veces más y al final le dijo que la deuda estaba saldada y le explicó que todo se había tratado de una prueba incluidas las insinuaciones de las esposa del hombre del castillo que en realidad era el propio caballero verde que había sido transformado por Morgana.


En la obra aparecen una serie de personajes de la leyenda artúrica como es Lanzarote del Lago, uno de los principales caballeros de la tabla redonda, que traiciona al rey Arturo porque está enamorado de la reina Ginebra y provoca la destrucción de la tabla redonda.  La bruja Morgana que siempre viene representada relacionándose con el agua y sus criaturas, algunos autores la relaciones con Muirgen que se trata de la diosa celta que vive en las aguas, se relaciona también con la bruja Medea ya que es vengativa y celosa. También aparece el personaje de Merlín como un recuerdo de los druidas que con sus poderes mágicos enseñaban a los reyes a gobernar. En él se ven todas las caras de los magos ya que existen versiones del siglo XIII en el que se cree que es hijo de una doncella con el diablo y que tiene la capacidad de ver los presagios, hacer magia y cambiar de aspecto.
Luis Alberto de Cuenca añade que: “los hombres salvajes son populares en la zoología imaginaria del Medievo. Poseen signos análogos con los ogros. En la iconografía se los representa como gigantes de incierta estatura, con barba frondosa, cubiertos de pelo espeso como las bestias; así aparecían en un relieve de la catedral de Burgos o en el fresco de la sala de los reyes de la Alhambra. […]”[2]
Para finalizar simplemente añadir que la última frase del colofón de la obra es el lema de la Orden de la jarretera creada por Eduardo III en 1347. Su estandarte era de terciopelo azul bordado de oro y piedras. En Sir Gawain el cinturón es verde y no azul y esto se explica en el hecho de que Gawain no ha sido fiel del todo y el azul es el color que simboliza la pureza, por eso se utiliza aquí el verde, color formado por el azul y el amarillo que simboliza la impureza.




[1] Anónimo, Sir Gawain y el caballero verde, prólogo de Luis Alberto de Cuenca, Madrid, 1982, Alianza Editorial, págs. 3-4.
[2] Ibidem, pág. 35.

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