Sobre Huasipungo de Jorge Icaza

Para comenzar, esta novela va a encontrarse dentro del indigenismo clásico, querrá dar cuenta de los problemas reales por primera vez, explicará las condiciones de explotación inhumanas de forma desgarradora.


Ante todo, Jorge Icaza provenía de esa clase media urbana  que se había beneficiado de las reformas  acerca de la libertad de expresión, la enseñanza laica y gratuita que, a la vez, había sido defraudada por la imposibilidad de acceder al poder político y económico, ya que ese poder siempre pertenecía a España. Lo que pretende denunciar Icaza en esta obra es la vida difícil del campesino indígena
en el Ecuador, pero esto no quiere decir que lo que les pasa a los huasipungos de Ecuador les pasa solo a ellos, sino que esto les ocurre a todos los indígenas. No se trata de ejemplificar a un indio mítico sino una lucha de clases entre los indios y otros sectores populares, es decir, una lucha por un conflicto entre los explotadores y los explotados, los huasipungos que son los explotados y los explotadores que son los que
tienen el poder, es decir, los terratenientes y el clero. Nos podemos encontrar llegado a este punto con la pregunta de qué movió al autor a escribir la obra, pues para responder a esta pregunta, simplemente decir que  lo que movió a este autor a escribir la otra es la propia realidad en la que está viviendo, la opresión de los indígenas por las clases de poder y el modo de solucionar dichos problemas con la revolución como veremos al final del libro.
Para explicar o matizar, esta obra trata de los huasipungos, es decir, indígenas de Ecuador que trabajan sin ningún tipo de remuneración, solo lo que se les da a cambio es un huasipungo, una especie de terreno para vivir ahí, ellos se aferran a esos huasipungos y trabajan a destajo para poder vivir allí. Alfonso Pereira debe una buena cantidad de dinero y decide organizar en la selva una explotación de madera para sacar adelante un proyecto que tenía con Mr. Chappy, al final, decide irse allí, en un principio se portaba bien con los indígenas pero esto cambió y comenzó a explotarlos  y a hacer que vivieran en condiciones infrahumanas. Lo que se desarrolla en esta obra es los ejemplos de explotación que están sufriendo
estos indígenas como podremos ver a continuación. Al principio, se ve como comienza por meternos de lleno en el lugar donde van a acontecer estos sucesos:
“Sus mejillas, de ordinario rubicundas y lustrosas –hartazgo de sol y aire de los valles de la sierra andina”.[1]
A continuación, Icaza se dedicará a ejemplificar dichas condiciones infrahumanas en las que están viviendo, como se puede ver en el modo de trabajar:
“Un silencio que se trizaba levemente bajo los cascos de las bestias, bajo los pies deformes de los indios, -talones partidos, plantas callosas, dedos hinchados”.[2]
“Después de limpiarse en el revés de la manga de la cotona el rostro encharcado por el sudor y por la garúa, después de arrollarse los anchos calzones de liencillo hasta las ingles, después de sacarse el poncho y doblarlo en doblez de pañuelo de apache, los indios nombrados por el amo presentaron  humildemente sus espaldas para que los miembros de la familia Pereira pasen de las bestias a ellos”.[3]


Esto es un vivo ejemplo  de las explotaciones sufridas, aquí se cuenta como los indígenas exponen sus espaldas para que ellos pasen por encima de ellos pisándolos por encima. Con respecto a los niños indígenas, también vivían en condiciones infrahumanas, ellos, como único juguete, usaban su excremento y sus orines y con ello jugaban para entretenerse.
De igual forma, cuando un indígena se golpeaba o caía herido en el trabajo, le curaban  pero debía de seguir trabajando. También una mujer dio a luz a un bebé pero el problema vino cuando se le secó la leche y buscó a una india para amamantar su bebé:
“-Levántate el rebozo
-Patrotinica…
-Para ver no más
-Bonitica…
La india, requerida, con temor y humildad de quien ha sufrido atropellos alzó una esquina de la bayeta que le cubría. En vuelto en fajas y trapos sucios como una momia egipcia, un niño tierno de párpados hinchados, pálido, triste, pelos negros, olor nauseabundo, movió la cabeza.
-¿Tienes bastante leche?
-Arí, niña, su mercé.
-No parece. Enteramente está el chiquito.
-Hay que proceder con mucho cuidado –intervino Pereira.
-Veremos el tuyo –siguió Doña Blanca, dirigiéndose a otra de las indias que esperaban.”[4]
Este es un ejemplo de las humillaciones sufridas por las indias para enseñar a sus bebés y ver si eran bien amamantados para así poder amamantar al bebé de Doña Blanca. También, se puede apreciar fácilmente como aparecen elementos de brujería y creencias ancestrales:
“-Lueguitu voy a sacar la brujería con chamba de monte, con hojas de cueva oscura. Un raticu nu más espere aquí, patroncitu, hasta volver. Con señal de la cruz es bueno defenderse “.[5]
Pongo por caso el hecho de las violaciones sufridas por las indias de la mano de los altos cargos, como, por ejemplo, las múltiples violaciones de Cunshi por el cura y a la vez, el ver a los indígenas como una raza inferior:
“-Son unas bestias. No le hacen gozar a uno como es debido. Se quedan como vacas. Está visto…Es una raza inferior”.[6]


Otro ejemplo podría ser cuando muere Cunshi y Andrés Chiliquinga roba una vaca para poder pagar el entierro en el mejor lugar para que su mujer vaya al cielo, ya que el cura le había dicho que si era enterrada en otro lugar era más barato pero iría al infierno. En efecto, se puede ver el lenguaje que utiliza Icaza, es una lengua española pero con rasgos indígenas, tiene que utilizar una lengua que se entienda, que los lectores no
indígenas puedan comprender pero a la vez que tenga rasgos indígenas, esto se puede apreciar en palabras utilizadas como: taiticu, patrocintu, un más, pes… Conviene especificar que no solo es pésimo lo que se cuenta en esta obra, sino también viene reflejada la ilusión, la esperanza de los indígenas de encontrar una vida mejor cuando van a venir los estadounidenses y piensan que su vida  va a ir a mejor, que ellos
van a ser la salvación, pero más tarde se darán cuenta de que no es así, y es en ese preciso instante cuándo comenzará la rebelión:
“-¡Nosotros! nosotros vamos a realizar soliticos el anhelo de nuestra vida: el carretero. No…No tenemos que pedir favor a nadies. A nadies ¿me oyen? Con nuestras propias manos, con nuestros propios corazones hemos de hacer no más”.[7]
La novela finalizará con el grito de “Ñucanchic Huasipungo” y la lucha entre los indígenas y los blancos.


            Se tratan de novelas que propician la indignación, las leyes tienen que reflejar esos cambios, reflejan los panfletarios, la necesidad de indignarse y de conseguir un cambio legal. A la civilización le interesa que el indio esté atrasado. Muestra un realismo truculento frente a un realismo mágico que mostraban las novelas
de la tierra. El escritor indigenista dirige sus quejas a un público no indígena que pueda cambiar ese
poder cultural, social y político. Se produjeron sobre todo en el área andina: Ecuador, Bolivia y Perú.
Esa realidad nunca se va a reconciliar, final violento con significado panfletario.
Una violencia natural por todas las explotaciones sufridas.
Es un realismo expresionista, abandonarán las intenciones míticas y se centrarán en un relato estilizado con  unos rasgos novelescos hirientes. Como está escrita por criollos, no indígenas tratan de conocer, asomarse a ese mundo, reconocimiento de la otredad, ajeno al drama pero que se asoma para ejercer de
traductor entre dos mundos. Estos textos presentan grandes dilemas por la realidad indígena, oral, rural, primitiva, aunque contiene eso está destinado a un consumo occidental, urbano, moderno y escrito. Tratan las prácticas aberrantes del clero y las clases de poder, la falta de oportunidades de progreso, esclavitud de la que se les obliga a vivir, acosos de toda índole. El indio problema será el protagonista. Existe un pacto de lectura, el cual, obliga a los lectores a creer que lo que nos está contando es cierto, esto quiere decir que, por ejemplo, lo que les ocurre a los ecuatorianos del Huasipungo no quiere decir que les ocurra sólo a ellos, sino que les ocurre a todos. La novela de tesis es un género literario que afirma verdades absolutas a través de un sistema de valores binarios, narrador omnisciente que siempre dice la verdad y eso refleja una doctrina que existe fuera del texto, tiende a simplificar las representaciones de la realidad para comunicar su mensaje, es asimismo una novela de confrontación entre historias, tramas, luchas entre dos antagonistas que representan distintos valores que serán portadores del conflicto ideológico. Los blancos, criollos,  serán los explotadores y representarán el capitalismo salvaje, por el contrario, los indígenas representa la vida comunitaria de signo socialista. Intentan desvelar, denunciar lo que pasa en estos colectivos. A veces a  ese realismo truculento no le fue negada la esperanza de que América era la tierra del porvenir, se proyectaron todos los ideales de la época tales como injusticias, ideales de los oprimidos, los ideales socialistas. El programa se fundamentaba en tratar del modo más cruel unas condiciones de vida que la propia realidad confirmaba como repugnantes.

A modo de conclusión, estas novelas son las que propician la indignación, el escritor indigenista dirige sus quejas a un público no indígena que pueda cambiar ese poder cultural, social y político. Se trata de un relato descarnado hasta la brutalidad que intenta desvelar, denunciar lo que pasa en estos colectivos indígenas. A veces ese realismo truculento no le fue negada la esperanza de que América  era la
tierra del porvenir. La tierra será la causa de la rebelión de los indígenas. Se narran espacios hostiles, violentos, el indigenismo contribuyó en convertir al indio en un ser degradado, trágico, desvelar esas comunidades indígenas que daban lástima o repulsión.



 BIBLIOGRAFÍA

-ICAZA, Jorge, Huasipungo, Madrid, Cátedra, 2009.
- Diccionario de la Real Academia Española, Madrid, vigésimo segundo edición,  2001.
-V. GARCÍA, Gustavo, “Maíz, papas y carrofla: la identidad alimenticia del indio de Huasipungo”, Káñina, Rev. Artes y Letras, Univ. Costa Rica. XXXI (1): 57-69, 68 2007 / ISSN: 0378-0473.
-REYES, Luis Alberto, “Indigenismo y Anti-indigenismo en América Latina”, Revista Koeyu  Latinoamericano, 2000.
-PRIETO, René, “La representación del indio en la novela hispanoamericana: corrientes de hoy, expresión artística de hoy”, R.P. Southern Methodist University, Dallas.
-J.ALONSO, Carlos, “La novela criolla en Hispanoamérica”.




[1] ICAZA, Jorge, Huasipungo, Madrid, Cátedra, 2009. Págs. 61.
[2] ICAZA, Jorge, Huasipungo, Madrid, Cátedra, 2009, págs. 69.
[3] ICAZA, Jorge, Huasipungo, Madrid, Cátedra, 2009. págs.71.
[4] ICAZA, Jorge, Huasipungo, Madrid, Cátedra, 2009. págs.89.
[5] ICAZA, Jorge, Huasipungo, Madrid, Cátedra, 2009. págs.113.
[6] ICAZA, Jorge, Huasipungo, Madrid, Cátedra, 2009. págs.119.
[7] ICAZA, Jorge, Huasipungo, Madrid, Cátedra, 2009. págs.143.

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