Conde de Villamediana, el amante liberal
Buenos días a todo el
mundo. Regreso después de un mes en silencio ya que he comenzado mis estudios y
no he tenido mucho tiempo para escribir. Ahora quiero regresar y hablar un poco
de un gran poeta olvidado, Juan de Tassis y Peralta, el Conde de Villamediana.
Un poeta olvidado al que yo pienso rescatar ya que escribiré mi tesis doctoral
sobre su persona.
Villamediana nació en
Lisboa en 1581 y murió en Madrid el 21 de agosto de 1622. Fue un poeta español
del Barroco.
¿Quién era este hombre?
Brevemente cuento que
contrajo matrimonio con Doña Ana de Mendoza y de la Cerda, descendiente del
conocidísimo Marqués de Santillana. Tuvieron varios hijos pero todos malogrados
o quizá, parecidos a su padre, ya que el Conde de Villamediana al llegar a la
Corte pronto será conocido por todos como un personaje libertino, jugador,
bebedor, tahúr, con talante agresivo, temido por todos y mujeriego. Le
encantaba el lujo, las piedras preciosas, coleccionar mujeres…
Pronto se ganaría
enemigos y algunos de ellos muy poderosos. En dos ocasiones fue desterrado de
Madrid por escándalos tales como atacar en sus sátiras a todo ser que él
supiera corrupto, ya que convivía en la corte con los grandes de España conocía
todos sus defectos y sabía atacarles por el flanco más débil.
Líos amorosos.
Se conoce bien que tuvo
varias amantes ya que era un hombre muy apuesto, inteligente y dotado de una
gran sensibilidad al componer tan grandes versos. Se sabe que con alguna de
ellas llegó incluso a las manos públicamente como en el estreno de una comedia.
No le temía a nada, era valiente y atrevido, no se mordía la lengua para
criticar la corrupción de sus vecinos ni para tener amoríos peligrosos como
Marfisa, una de las cortesanas del Rey; Doña Francisca de Tavara, una bella
joven portuguesa que era dama de la reina y a su vez, amante del Rey. Por otra
parte, se dice que se enamoró de la Reina, Doña Isabel de Francia y de Navarra.
“Con motivo de terminar
el luto por el Rey Felipe III, idearon los monarcas organizar unas grandes
fiestas en Aranjuez al estilo versallesco. La Reina encargó a Villamediana una
comedia que ella y sus propias damas representarían. A tal efecto se levantó un
teatro en el Jardín de la Isla.[…] Se iluminó todo con antorchas y el Rey y la
Corte se aprestaron a disfrutar de la comedia que se trataba de una alegoría
política titulada "La gloria de Niquea". Estuvo precedida por una
serie de danzas a cargo de las damas de la Corte. El escenario era una
maravilla con el entorno de los espléndidos jardines de Aranjuez. Dio comienzo
la representación. La Reina estaba situada sobre una nube hecha de cartón y
seda. Las damas, cada una en su papel lo hacían a las mil maravillas. Era el 15
de mayo de 1622. Terminó el primer acto con gran satisfacción del público. Dio
comienzo el segundo acto y a poco de empezar una antorcha cayó sobre las telas
y comenzó a arder el escenario. Se organizó el natural alboroto. Todo el mundo
corría temiendo ser alcanzado por el fuego. La Reina estaba en un lugar
peligroso pero allí estaba el Conde de Villamediana para salvar a su Reina.
Saltó como un resorte, tomó en sus brazos a Doña Isabel "salvándola de
perecer". (Se dice que tardó demasiado tiempo con ella). Más tarde se dijo
que el incendio había sido provocado por el mismo Conde o por uno de sus
lacayos y así con ese pretexto tener a la Reina en sus brazos aunque fuese por
poco tiempo. Cierto o no, el rumor corrió por todo Madrid.”
En otra ocasión,
Villamediana se disponía a alancear a unos toros y era muy experto en ello.
Bien, pues hay leyendas que dicen que la Reina, muy entusiasmada por la
excelente actuación, le dijo al Rey: -"¡Qué bien pica el Conde!" a lo
que el Rey contestó: "Pica bien pero pica alto". Es decir, que pica
alto ya que iba a por la Reina.
Está claro que
Villamediana estaba muy enemorado de la Reina y no trataba de ocultarlo para
nada, es más, en otra ocasión más en una de estas fiestas se presentó con un
terno en el que habían sido colocadas en su pecho con unos reales de plata y
sobre ellas un lema bordado de oro que decía: “Son mis amores reales”.
El investigador Luis
Rosales descubrió que se le abrió un proceso secreto en la Inquisición por
sodomía con esclavos negros y se dice que el Rey Felipe IV mandó matarle para
evitar estos escándalos.
Otra leyenda que cito
es “"En cierta ocasión, hallándose la Reina en un balcón de Palacio se
llegó por detrás el Rey calladamente y le puso las manos sobre los ojos.
Creyendo ella que era Villamediana , le dijo: "¡Estáos quieto Conde!"
a lo que el monarca sorprendido exclamó: "¿Conde?". Y ella que tenía
siempre la respuesta adecuada, le contestó: "¡Sí, Conde! ¿No sois vos
Conde de Barcelona?". A pesar de la rapidez y agilidad verbal de Doña Isabel,
el Rey que ya debía estar un tanto amoscado por las asiduidades de
Villamediana, debió quedar más preocupado todavía. Y cuando el Conde-Duque de
Olivares, que debía tener muchos deseos de enfrentar al Rey con Villamediana,
le echó más leña al fuego, cosa que debió hacer con frecuencia, comenzó a
pensar que aquel rival podía ser peligroso. Olivares llegó a temer que
Villamediana le iba a quitar la privanza del monarca al que se había ido
ganando ayudándole a hacer versos y con ciertas tercerías. Con sus intrigas el
Conde-Duque mataba dos pájaros de un tiro.”
¿Cómo murió Villamediana?

Hay muchas versiones
sobre su asesinato. Os relato una de ellas y la que parece más cercana a la
posible realidad, la versión de Don Gonzalo de Céspedes y Meneses, historiador
del reinado de Felipe IV, escribió en 1631: "Sucedió en el mes de
agosto... mas mucho antes prevenido... D. Juan de Tassis, Conde de
Villamediana... El 21 de agosto entró en Palacio rodeado de criados... estuvo
allí corto tiempo, saliendo con D. Luis de Haro, hijo heredero del De Carpio y
menino de la Reina, al cual con ruegos y porfías metió en su coche y le pidió
que viniese a pasear...por fatal destino suyo parece que le quiso traer para
testigo de su muerte. Iba Don Juan bien descuidado y hablando con su compañero
de cosas de gusto y diversión, de caballos, música y poesía de que perdidamente
era tentado para su mal... Así llegaron a la Puerta de Guadalajara... Quiso Don
Luis seguir otro camino...pero insistió el Conde y siguió adelante sacando la
cabeza para llamar a sus criados...yendo el Conde al otro estribo recostado, le
embistió un hombre y le tiró un solo golpe, mas tan grande que arrebatándole la
manga y carne del brazo hasta los huesos, penetró el pecho y corazón y fue a
salir a las espaldas. A la voz triste que dió el Conde, atropellado del dolor,
volvió Don Luis y conociendo el mal recaudo sucedido (aunque sin armas) saltó
luego para prender al homicida...El Conde puso la mano en la espada, fue con
tan ciego destino que tropezando uno sobre otro...y en tanto el Conde revolviéndose,
vomitó el alma por la herida, de cuyas bocas (por disformes) juzgaron muchos
haber sido hecha con arma artificiosa, para desplazar cualquier defensa".
Hoy en día no se ha
identificado a su asesino, se cree que Ignacio Méndez o Alonso Mateo y los
autores intelectuales del asesinato el Rey Felipe IV y su valido el Conde-duque
de Olivares.
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