Reseña El Profeta de Khalil Gibrán
Gibran
Khalil Gibrán nació en El Líbano en 1883 y falleció en Nueva York en 1931. Se
dedicó a la poesía, también fue pintor, novelista y ensayista. Fue llamado el
“poeta del exilio” ya que los 11 años emigró con su familia a EEUU para buscar
trabajo. Conocerá el arte y todo el saber universal y ello fue su base para
conocer mejor la pintura y la literatura. A su vez, le influyó mucho el poeta
Francis Marrash.
Con
respecto a sus creencias religiosas, en su vida fue influenciado por diversas
religiones como el islam, el cristianismo, el judaísmo, la teosofía y el
misticismo sufí que es una especie de islamismo más espiritual.
Además,
él mismo influyó a otros personajes famosos como a Elvis Presley, a los
Beatles, John F. Kennedy o Indira Ghandi.
Conoció
muy bien la historia sangrienta que sufrió su propio país y eso le llevó a
tener la creencia de una unidad fundamental de las religiones, además sus
propios padres acogían en su casa a personas de diferentes religiones. Su
familia era cristiana moronita, las moronitas es la iglesia católica oriental
que sigue la tradición litúrgica de Antioquía.
En
la obra El Profeta (1923), mezcla la
literatura filosófica y el poema en prosa. La trama de la obra nos cuenta como
ocho años antes de morir, un profeta abandona el pueblo donde vivía y antes de
irse, los aldeanos le piden que les hable sobre temas importantes de la vida y
les dé consejos con su sabiduría. Esto sirve de trama para ir capítulo a
capítulo hablando de temas de la vida como el amor, el matrimonio, los hijos,
el comer, el trabajo, la alegría, el dolor o el conocimiento.
Se
trata de un diálogo simple entre el profeta con sus enseñanzas y el pueblo
escuchando. Todas esas enseñanzas invitan al lector a reflexionar y a
reconsiderar los valores de la vida, las costumbres que tenemos y cómo funciona
la sociedad ya que refleja valores menos individualistas, remarcando un gran
sentido de la empatía con todo ser viviente hasta que llega a lo más
espiritual.
La
obra, no trata de una religión concreta que conozcamos, podríamos decir que es
la propia religión del autor, es una sabiduría mezclada de los grandes maestros
como Jesús o Buda, todo ello sin dogma. La obra viene muy bien a cualquier
lector y se puede aplicar a todo el mundo, ya que no habla de una religión
concreta y ofrece un espiritualismo universal que vale para todo el mundo. Por
consiguiente, el libro es accesible para judíos, cristianos, musulmanes, etc.
De
hecho, algunos expertos como Juan Cole afirman: “Mucha gente se alejó de la
iglesia y se volcó a su ideología, de Gibrán.”
Suheil
Burshrui decía que: “Era cristiano y veías las cosas que se estaban haciendo en
nombre del cristianismo y no podía aceptar.”
El
autor también, en otros escritos denunciaba la opresión que sufrían las mujeres
y la tiranía de la iglesia y hace un especial llamado para liberarse del
dominio otomano.
En
definitiva, una obra llena de bondad y buenos propósitos, que puede ayudar a
todo el mundo a ser mejor persona y a tratarnos mejor, crear una mejor sociedad
donde vivamos en común.
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